Temíamos a lo que todos decían, pero necesitábamos escapar de aquel lugar en donde nadie entendía nuestro lenguaje y nosotros tampoco entendíamos a los otros. Necesitábamos algo mejor de lo que teníamos, ese lugar tan poco evolucionado.
Seguíamos a nuestro jefe, él era el que caminaba más derecho y mejor hablaba. Agarramos a los animales y decidimos hacerlo, temerosos de lo que pasaría y de cómo sobreviviríamos.
Lo seguimos al jefe callados, sabíamos que nuestras familias nos miraban. Nos miraban sin entender desde aquel bosquecillo, el que había sido y jamás volvería a ser nuestro hogar.
Debíamos hacerlo aunque no supieramos cuál sería nuestro futuro.
Julia Schapira-Taller Llama palabras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario